Gracias a tod@s l@s que compartieron con nosotros! Gracias por el cariño y el aguante!
Esperamos que hayan disfrutado la boda!
MyC

martes, 7 de diciembre de 2010

Cuando el trabajo es compartido, más que una carga es un motivo de celebración.

Con los mineros ya sacados, felicitados, y olvidados (sino, ver acá) algunos no contamos con la ayuda de una excavadora canadiense, ni con las cámaras del mundo, ni con toda la cantidad de cosas que transformaron a unos mineros que pasaron un (muy) mal momento en un reality show, y con un mes y medio de atraso, voy a seguir con este pequeño aporte a... Bueno, con este pequeño aporte.

Decía que cuando el trabajo es compartido, es una fiesta, o algo así. En este mes y medio pude compartir el trabajo con bastante gente, que me está ayudando a tener una casa. En estos días voy a ir actualizando los pasos dados, y empiezo ahora con los cimientos.

Debe haber sido el día más caluroso de noviembre (que no parezca, fue bastante). El lunes 15, feriado en Santa Fe, buena parte de la familia Banfi se mudó temporalmente a Recreo (en estos días me dijeron que unos cuantos quieren mudarse definitivamente, y ya hay cuatro allá, con nosotros, cinco).
Cual proyecto de autoconstrucción "de libro", compartimos el día con bastante trabajo. En unas horas llenamos los cimientos y dejamos preparado el espacio para las columnas.
El agradecimiento por escrito a mi futura esposa que paleó escombros, a su hermana Mónica que cargó arena, a Esteban y Andrés que hicieron la mezcla, a Damián que nos dio la mezcladora y a Viviana que nos traía agua a granel y embotellada.
Agradezco también a mi futura suegra que nos hizo el aguante en la florería mientras estábamos en el terreno.

Yo que hice, dirán. Bueno, un poco de todo, traer material, trasladar arena y escombro, arreglar un enchufe, esas cosas. Nadie me puede reprochar nada, jejeje..

Con la presencia de mis futuros suegros y mi ahijado, Andrés nos agasajó con unos buenos pedazos de cordero a la parrilla, y de mi parte voy armando familia cada vez más.

La falta de costumbre (en ese momento) hizo estragos en todos nosotros. Mirna y Mónica, blancas como son, quedaron rojas por varios días. Yo me insolé y Andrés sintió varios músculos de los que se había olvidado. Todo esto testimoniado. Pero el saldo fue positivo. Una jornada tranquila, compartir en familia y la satisfacción de ir arrancando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario